Primera obra de la saga de Elric, mediocre y repetitiva, aunque
con un final que promete.
Elric de Melniboné tiene todos los ingredientes
para ser una gran novela de fantasía épica: Elementos
originales, espadas mágicas, raptos amorosos, semidioses,
duelos salvajes y personajes carismáticos y bien definidos.
Pero Moorcock cae en la trampa del argumento fácil y acaba
dejando que el libro se pierda en un historia mal confeccionada,
donde se quieren decir muchas cosa en pocas páginas y donde
los planteamientos iniciales acaban por volverse previsibles y de
una escasa calidad literaria.
|
|